Este momento tan humano,
viviendo de noche,
muriendo de día,
me complace el arte,
me entristece la política,
me deprime el hombre y su capacidad destructiva
me alegra la mujer y su capacidad creativa
duermo, me deprimo,
me inflamo de gozo con el arte,
decaigo ante la egolatría, el antropocentrismo
y los best sellers aburridos.
Qusiera llegar a un estado perfecto,
donde vida y muerte sean un camino terso,
una transición lenta, colorida, llena de música.
Coyoacán 1999.
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